Comentarios sobre El Hombre Bicentenario

En 1976 se cumplía el bicentenario de la formación de los Estados Unidos como nación. Con motivo de tal conmemoración, una revista solicitó a Isaac Asimov que escribiera un relato con el título de El Hombre Bicentenario. La revista proporcionaba el título; el autor debía poner todo lo demás de su cosecha. A Asimov le dio por pensar que ningún hombre podía vivir tanto tiempo. Podía entonces tratarse de un robot, pero con la particularidad de que deseaba ser un hombre. El resultado fue el magistral relato que ahora da nombre a esta recopilación. Junto a él, podemos gozar de otros cuentos que han pasado ya a la historia con la categoría de grandes clásicos: Intuición femenina, Necrológica, Una estampa para papá, etc..

Comentario editorial B, S.A.(La Tercera)


Comentario personal del “Hombre Bicentenario”

Andrew, fue un robot excepcional, porque durante los doscientos años que estuvo en funcionamiento, su cerebro positrónico con sendas generalizadas, que lo hacían versátil e inteligente nunca fue reemplazado.

Aunque fue destinado para trabajar en las labores del hogar, demostró que tenía otras habilidades y como era muy estudioso, pudo trabajar en lo que él se propusiera.

Durante su vida fue un artista, tallando madera y diseñando muebles finos, fue escritor, al escribir la historia de los robots y también se dedicó a ser robobiólogo, al estudiar el funcionamiento de su nuevo cuerpo androide.

Cuando trabajó sirviendo a la familia Martin, se encariñó con ellos, porque fue tratado como un miembro más de la familia. Así, mientras el tiempo transcurría, fue tratando de comprender su forma de ser y estudiando su vocabulario, para captar mejor las ideas que surgían del cerebro humano. También pudo ver el deterioro del cuerpo humano con el paso del tiempo y contempló mudo la muerte de alguno de sus integrantes (Gerald y la niña). Situación que no lo dejó indiferente.

Fue así, que en su cerebro positrónico se fue gestando la idea de parecerse cada vez más a los humanos. Por eso comenzó a vestirse, pidió su libertad, reclamó sus derechos como robot libre y consiguió que le reemplazaran su cuerpo metálico, por un cuerpo orgánico (androide).


Su obsesión por ser reconocido por la sociedad como ser humano, lo llevó a autodestruirse, dañando su cerebro mediante una operación para que se fuera apagando poco a poco, con el único afán de demostrar con su muerte que él era tan mortal como los humanos. Fue así que finalizó la existencia de Andrew, el robot que deseo ser un hombre.

Este cuento de ciencia ficción, me pareció sorprendente, emotivo y muy entretenido, pues me tuvo expectante desde el principio hasta su fin.

Este relato ganó los siguientes premios:

1977: Premio Nebula de 1976 a mejor relato largo
1977: Premio Hugo de relato
1977: Premio Locus de relato
1999: Encuesta Locus, 5º mejor relato de todos los tiempos


Pelicula: El Hombre Bicentenario
cartel Dirección: Chris Columbus.
País: USA.
Año: 1999.
Duración: 131 min.
Intérpretes: Robin Williams (Andrew), Sam Neill (Señor), Embeth Davidtz (Señorita/Portia), Wendy Crewson (Señora), Stephen Root (Dennis Mansky), Kiersten Warren (Galatea), Oliver Platt (Rupert Burns).
Guión: Nicholas Kazan, basado en la historia corta "Bicentennial Man" de Isaac Asimov y en la novela "The Positronic Man" de Isaac Asimov y Robert Silverberg.
Fotografía: Phil Meheux.
Diseño de producción: Norman Reynolds.
Montaje: Neil Travis.
Efectos visuales: Dream Quest Images.
Vestuario: Joseph G. Aulisi.
Música: James Horner.


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Imágenes de la película 



Un maquillaje alucinante
 
Lo mejor del film, además del esfuerzo de Robin Williams por parecer un autómata y la partitura, estupenda, de Jamer Horner, son los magníficos efectos de maquillaje del robot. El traje del robot, de plástico y silicona, consta de 250 piezas, o sea, 30 componentes, que pesaban 16 kilitos. La cara, aunque es rígida,ayudaba a la expresión del lenguaje del cuerpo.

Reparto

Robin Williams como Andrew Martin
Embeth Davidtz como 'Little Miss' Amanda Martin/Portia Charney
Sam Neill como 'Sir' Richard Martin
Oliver Platt como Rupert Burns
Kiersten Warren como Galatea
Wendy Crewson como 'Ma´am' Rachel Martin
Hallie Kate Eisenberg como 'Little Miss' Amanda Martin age 7
Lindze Letherman como 'Miss' Grace Martin age 9
Angela Landis como 'Miss' Grace Martin
John Michael Higgins como Bill Feingold, Martin's Lawyer
Bradley Whitford como Lloyd Charney
Igor Hiller como Lloyd Charney a la edad de 10 años
Joe Bellan como Robot Delivery Man
Brett Wagner como Robot Delivery Man
Stephen Root como Dennis Mansky, Head of Northam Robotics
Lynne Thigpen como Ms. Majorie Bota, la segunda vocal del Congreso Mundial

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ARGUMENTO DE LA PELÍCULA “EL HOMBRE BICENTENARIO”

El señor Richard Martin, compró un robot modelo NDR para que realizara las labores domésticas en su casa, pero su familia lo recibió con desconfianza y temor. Manifestando su rechazo la hija mayor del matrimonio intentó destruirlo, ordenándole a Andrew que se lanzara por la ventana del segundo piso.

Pero pronto el robot se ganó la confianza de la familia con su forma de ser; servicial, trabajador, divertido y creativo. Cuando Richard se da cuenta de las habilidades creativas de Andrew,  se dedica a instruirlo y le enseña su oficio de relojero. Fue así que la familia Martin ganó mucho dinero con los hermosos relojes que fabricaba el robot y Richard le abrió una cuenta bancaria  a modo de agradecimiento y para que se costeara sus gastos.

Años más tarde, cuando su amo ya había envejecido, el robot le pide su libertad motivado por el deseo de ser dueño de si mismo. Richard ofendido se la concede, pero le pide que abandone su casa. Entonces Andrew se va a vivir solo, en su casa frente al mar. En una de sus visitas la pequeña miss, le avisa que su padre está agonizando y él acude a despedirse del que fuera su amo.

Tiempo después, el robot emprende un viaje siguiéndole la pista a los antiguos robots modelo NDR, para averiguar si alguno de ellos se parecía a él. En esta búsqueda se topa con Galatea, una robot musical que llamó su atención y conoce a Rupert Burns, un científico que era hijo del creador de los robots de su misma serie, entusiasmado con el trabajo del experto en robótica le ofrece financiar sus investigaciones en el campo de la robótica, a cambio de que transforme su cuerpo metálico por uno de apariencia humana.

Luego de su viaje que duró veinte años, regresó a casa de los Martin para recuperar a la que consideraba su familia y se encontró con la pequeña miss envejecida y no la reconoció y la confundió con Portia su nieta. Cuando la pequeña miss muere se enamora de Portia y para casarse con ella concurre al Tribunal Mundial para que por sus méritos lo reconozcan como humano. El Tribunal le niega su petición argumentando que el no puede ser considerado como humano porque es inmortal. Entonces recurre a Burns para que le transfiera sangre a su cuerpo. Con este procedimiento el robot comenzó a envejecer y cuando cumplió doscientos años, murió estrechando la mano de Portia, sin escuchar el veredicto del Tribunal Mundial que lo reconocía como humano. Luego Galatea desconecta a Portia quien muere junto a Andrew.


COMENTARIO PERSONAL DE LA PELÍCULA

La película está basada en el cuento de ciencia ficción de Isaac Asimov, “El Hombre Bicentenario” pero se le agregó un toque de comedia a la trama. En su argumento se mantiene el acontecimiento principal del cuento: El deseo del robot por convertirse en humano, quien dice hacia el final de la película “Prefiero morir siendo un hombre, que vivir para siempre siendo un robot”. También se mantiene el apellido Martin y el nombre del robot, Andrew.

Se cambiaron los nombres de la mayoría de los personajes y también fueron cambiados algunos acontecimientos y se agregaron otros como, la relación amorosa de Andrew con la nieta de la pequeña miss, Portia Chart.

En esta película de ciencia ficción, está presente la comedia y el romance y los sentimientos que surgen de cada uno de los personajes, nos mantienen interesados en su trama.  

La actuación de Robin Williams me pareció brillante, encontré muy bien logrados los gestos del robot y las emociones que expresaba su rostro. La pequeña miss cuando era niña me pareció encantadora. Pero en la última escena  de la película, cuando Galatea desconecta a Portia, la androide contradice las tres leyes fundamentales de la robótica.